El pasado mes de noviembre el pleno del Ayuntamiento renunció a la ejecución de las obras del proyecto de pasarela y escolleras del Club Social La Manzanera dado su impacto ambiental pero aprobó que las obras se realicen en seco, sin intervención alguna en el mar y solicitar al Ministerio de Transición Ecológica la concesión para que este espacio pase a tener un uso cultural, científico y educativo.
Y en este sentido se reafirma el equipo de gobierno tras la comunicación hace unas semanas del Servicio Provincial de Costas relativo a la concesión para la rehabilitación. Costas señala que la conformación de un muro de gaviones no es una solución adecuada dada la corrosión de las mallas que la conforman, también se objeta en cuanto a las condiciones de accesibilidad y las condiciones de explotación de la concesión y su uso de las instalaciones.
Por todo ello desde el Ayuntamiento ya se está redactando un informe para dar respuesta al Servicio Provincial de Costas justificando la solución aportada por el Ayuntamiento como la más idónea dadas las singulares condiciones del espacio, ubicado bajo un acantilado, y justificando el uso cultural y educativo del club social.
Para el Ayuntamiento la obtención de la concesión es primordial para poder llevar a cabo la licitación de las obras de rehabilitación que supondrán una disminución del área intervenida respecto al primer proyecto. De manera que las obras se realicen en seco desde tierra, sin actuar en el mar, para no afectar a la colonia de vermétidos de la zona.
El Club Social de la Manzanera es una instalación recreativa construida en los 70 junto al mar que albergaba un restaurante, una zona de piscinas y un pequeño embarcadero, se trata de un espacio singular ya que se ubica dentro del dominio público terrestre. Su posición expuesta a la acción marina y largos años de abandono han llevado la instalación a un estado de deterioro grave.
Así, el objetivo del Ayuntamiento es recuperar el área respetando su diseño y estructura original, sus característicos ventanales circulares y sus materiales iniciales, en cuanto al uso de estas instalaciones se ha solicitado al Ministerio para la Transición Ecológica la concesión, para la ocupación de 1062 m² de dominio público marítimo-terrestre con destino a uso libre público cultural, científico y educativo.
La alcaldesa, Ana Sala, ha señalado que “desde el Ayuntamiento vamos a hacer todo lo posible por mantener el Club Social, rehabilitarlo y que subsista y persista para la posteridad, actualmente está en un estado catastrófico, de desidia y abandono, cuando fue un lugar emblemático que respetaba el entorno y del que podía disfrutar todo el mundo. El Club Social forma parte del patrimonio calpino y desde el equipo de Gobierno mantenemos nuestra voluntad de rehabilitarlo antes de que se venga a bajo y ya no tenga solución”.
El Club Social La Manzanera forma parte del gran proyecto que ideó el arquitecto Ricardo Bofill en Calp. En 1962, el Taller de Arquitectura de Ricardo Bofill comenzó a diseñar un plan maestro para un complejo turístico en Calp, frente al Peñón de Ifach. Se les encargó el diseño y construcción por etapas de condominios, apartamentos, viviendas unifamiliares, un pequeño hotel, bar, restaurantes e instalaciones deportivas.
Las cualidades especiales del paisaje, formado por terrazas de piedra, bancales, y su ubicación sobre el mar determinaron el proyecto que consta de diversos edificios: Plexus. Muralla Roja, Xanadú y Anfiteatro todos ellos conservados en buen estado y habitados. Del legado de Bofill en Calp sólo el Club Social está en situación de abandono.