El Lago de los Cisnes - Ballet de la Ópera Nacional de Kirguintán
Jueves, 30 Octubre, 2025 - 12:30

Calp celebró anoche un concierto homenaje a las víctimas de la DANA en la Plaza de la Villa en el que se guardaron 229 segundos de silencio, uno por cada persona fallecida en la catástrofe del 29 de octubre de 2024.

El homenaje contó con la participación de representantes de la policía local, protección civil y dos voluntarios que se encargaron de organizar los desplazamientos de voluntarios desde Calp el pasado año para colaborar en las tareas de ayuda en los municipios afectados. Ellos representaban a todas las asociaciones, empresas y personas que, de una u otra manera, ofrecieron su colaboración y solidaridad para ayudar a las personas afectadas. También fueron los encargados de leer el poema “Ruido”, una colaboración poética de varios escritores como homenaje a las víctimas de la DANA.

La alcaldesa de Calp, Ana Sala, acompañada por toda la corporación municipal, destacó durante su intervención la importancia de mantener viva la memoria de las víctimas y de actuar con responsabilidad ante emergencias de esta magnitud: “lo material se reconstruye, las vidas humanas perdidas no vuelven”, señaló.

El acto fue organizado por el Ayuntamiento de Calp y finalizó con un concierto a cargo de la pianista Alba Sansano en memoria de las víctimas, y en reconocimiento a todas las personas y entidades que ofrecieron su ayuda y solidaridad durante aquellos días difíciles.

Colaboración poética en solidaridad con todos los afectados por la DANA del 29 de octubre de 2024

Ruido por Valencia

A oscuras se amontonan, insalvables,

los recuerdos, la historia, el pueblo,

destellos de las vidas a raudales,

los años desplomados al momento.

Decadencia que sigue matando.

Junto al destrozo se reza, se implora.

Frente al lodo que sigue avanzando,

las lentas barcazas demoran.

Y no queda más que una mirada al cielo

que grita enfrente de un sordo oído.

Rostros agónicos suplican verdades,

marea recia sepulta sus memorias.

Recuerdos de una vida ahora lejana,

espacios abiertos para nuevas historias.

Entre rezos y en pleno duelo,

el pueblo salva al pueblo.

Un puente de brazos y manos que

resiste ríos, que une fronteras.

Cuerpos hermandados en la pena,

Sin banderas, sin fronteras.

La tierra llora sobre la voz arrasada,

los hombres se miden ante la desgracia.

Isla de barro, nube negra enciende

la vista cansada, la luz abatida.

De una luna de Valencia

mirando a su violenta silueta.

El cielo testigo, verdugo el suelo.

La vida y la muerte en un solo duelo.

Nosotros, el arrullo que apagará esta pena.

la herencia de este herido cuerpo.