Izan Burgoa Quiles es un joven calpino de 20 años que en 2018 inició el proceso de cambio de sexo y que hoy nos da su testimonio y nos cuenta cómo ha vivido su proceso de cambio y la afirmación de su auténtica identidad.
Izan nos cuenta que “cuando era pequeño veía a otros chicos y yo quería ser como ellos, quería jugar con ellos y hacer las cosas que ellos hacían. En secundaria las cosas se complicaron porque empecé a manifestar que me sentía hombre y me la jugaron bastante. Pedí que me llamaran por mi nombre y alguno en público y bien fuerte aún me llamaba por mi anterior nombre”.
“Con 16 años empecé el proceso de cambio. Primero fui al médico de cabecera y luego al endocrino y al sicólogo que lo vio claro enseguida, hace dos años y siete meses empecé el tratamiento con testosterona y la verdad es que mis cambios me han sorprendido gratamente. Estoy feliz de cómo he ido cambiando y sintiéndome bien con mi cuerpo”.
Para él ha sido fundamental el apoyo incondicional de su familia: “en mi caso la transición ha sido fácil porque mi familia me ha apoyado siempre. Cuando se lo dije a mi madre ella fue la que me llevó al médico de cabecera para iniciar el proceso. Ellos han sido fundamentales en el cambio, yo me he visto arropado por mi familia y mis amigos más cercanos”.
Izan destila optimismo y alegría y aunque ha pasado por episodios duros apunta que “nunca he tenido ningún problema. No me gusta victimizar al colectivo, quiero dar normalidad a mi situación y para ello no necesito estar todo el día diciendo que soy trans ni hacer bandera de mi situación. Tampoco quiero imponer nada a nadie, creo que hay que pensar en positivo, si piensas en positivo atraes cosas positivas. Sé que no puedo gustar a todo el mundo pero eso ya me da igual”.
Ahora Izan vive y trabaja en Valencia y “en una ciudad grande todo es más fácil porque siempre me han conocido como hombre. A veces las cosas en un pueblo son más complicadas”. Además está en proceso de cambiar su nombre en el DNI ya que “para mí es importante que aparezca mi verdadero nombre. Solicité el cambio en mi tarjeta SIP pero de momento no ha sido posible”.
Mira al futuro con optimismo y a otros jóvenes que se encuentren en una situación parecida a la suya les aconseja “que hagan lo que les nazca sin importarles el qué dirán. Al principio eres más sensible y te afectan más las cosas pero una vez que inicias el proceso y ves cómo cambia tu cuerpo te sientes realmente feliz”.
Nosotros, en el Día del Orgullo LGTBI nos despedimos de este joven valiente deseándole la mayor de las suertes.